TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

jueves, 27 de abril de 2017

CONOCER: APRENDER A SER

"Mariposas" de Sarah Paxton Ball Dodson (1891)


NIÑO TOM

Niño Tom:
Si vas al campo,
no subas por los almendros.
Ni cojas nidos,
ni caces pájaros,
ni mates insectos negros.

¡Ay, esa flor, esa flor
que ahora muere entre tus dedos,
sus novecientas hermanas
la están echado de menos!

Si vas al campo,
sé bueno.
¡Échate en la hierba,
canta,
estate quieto!
No deshagas las casas
de los insectos

Niño Tom:
Si vas al campo
Sé hombre,
niño pequeño.
                                             Gloria Fuertes


Siempre que se acerca el mes de mayo, mi amiga recuerda lo largos que se le hacían los días, por estas fechas, en el colegio cuando era niña. La necesidad de estar al aire libre, junto al tedio que le provocaban las interminables y repetitivas formas de enseñanza, conseguían que su imaginación volase de tal modo, que ella misma, casi nunca estaba realmente en el cuerpo que ocupaba la plaza de su pupitre. “Estás en la higuera”, o ¿qué, en las musarañas de nuevo?” era algo que solía escuchar con bastante asiduidad.
Hoy la pedagogía ha cambiado, también los libros de texto, incluso los espacios en los que se estudia, pero ella sigue echando en falta un aprendizaje que mantenga al alumno más en contacto con la vida real, con el mundo. Demasiada letra y poca experiencia, suele musitar ahora que comienza a envejecer. Yo le advierto que comienza a tener manías de vieja, pero ella me recrimina entonces, que, sobre todo con los niños pequeños, habría que aprovechar más esa etapa en la que la curiosidad les hace capaces de superar casi cualquier obstáculo.
He encontrado cuadros clásicos que demuestran el vínculo entre la naturaleza y los niños, y también su curiosidad.
Es imposible olvidar, a todos esos niños y niñas que en el medio rural, aprendieron a convivir con la naturaleza de forma ineludible. La pobreza les obligaba a trabajar codo a codo con el resto de sus familiares, o a integrarse como criados en casas de condiciones socio-económicas mejores que las propias. Éstos aprendían pronto todo un saber muy preciado sí, pero a cambio de permanecer en el pozo del analfabetismo el resto de sus días.


"Trabajo de invierno" de George Clausen (1883-1884)

En el cuadro de arriba vemos a una niña ayudando a recoger verduras en invierno, es fácil pensar, dadas las condiciones de la época, que este aprendizaje le sirviese además para perpetuar su trabajo, integrándolo en lo que sería todo su periplo vital.


"Un día de celebración" de Fanny Brate (1902)

Nada que ver con estas "pequeñas damas", que también van aprendiendo lo que constituirá parte de sus obligaciones futuras, pero que no deja de ser algo tranquilo, y delicado. Adornar con flores la mesa y traer unos dulces para una celebración... estas niñas en cambio sí que sabrán leer y escribir, incluso probablemente aprenderán a tocar algún instrumento musical, como por ejemplo el piano.

"La lección de dictado" de Demetrio Cosola (1891)

Otros como los que vemos irían a escuelas como ésta, en la que una maestra, muy seria, se esfuerza porque sus alumnos aprendan las primeras lecturas, la escritura, algo de matemáticas y geografía etc..., mientras, ella seguramente, duplicaría su esfuerzo al tener que mantener una imagen muy digna ante las autoridades del lugar, los padres y sobre todo sus discípulos.
Sin embargo, en el cuadro de abajo, vemos a una mujer en una mesa camilla con un niño. Se iluminan con una lámpara, pero no parece que esté enseñándole. Si os fijáis, más bien da la impresión, de que ella esté trabajando y mientras la criatura se entretiene, de tal modo que al tenerle cerca, ella puede controlarla. ¿Será una nuestra mujer ocupada una maestra corrigiendo los trabajos de sus alumnos o preparando sus clases...?


"Lámpara" de Peleg Franklin Brownell (1892)

He dejado para el final las escenas más amables. Vemos ahora a unos jovencitos sentados, uno de ellos intenta darle un beso a la chica, pero ella no parece tenerlo muy claro. No llevan abrigos. Está claro, es primavera, y las primeras piruetas amorosas se dejan notar...

"No en él" de John George Brown (1894)

Pero volviendo a la infancia y su curiosidad, se muestran de formas diversas.

"Niña en un campo de cebada" de Marie Amada Lucas-Robiquet (1858-1959)

Me encanta esta niña sentada, el cereal está alto, es verano y a ella le han cubierto la cabeza, para evitar que la fuerza del sol, le queme. La pequeñaja está entretenida y relajada, ha hecho un ramillete de flores silvestres y lo sujeta con ternura entre sus manos.


"Tesoros de la infancia" de Marianne Stokes (1866)

¿Y qué me decís de estos otros? La perra ha parido y ellos están embobados contemplando la camada. Una forma, secular de descubrir el sexualidad y el comienzo de la vida, ha sido la cercanía de los niños con los animales, sobre todo en el medio rural. Observad la ternura con la que la mayor coge al cachorrillo y la mirada de la niña pequeña, ¿se puede disfrutar más?
Pero los que de verdad me han fascinado son la cuadrilla de pequeños investigadores, que aparecen abajo. Fijaos con qué atención observan su objetivo. No cabe duda, están ante lo que para ellos supone un auténtico descubrimiento. ¿Habrá germinado alguna semilla? ¿Se tratará de algún bichejo? Me trae recuerdos infantiles, ir a coger renacuajos, algún escarabajo, jugar con lagartijas…


"Los pequeños naturalistas" de José Jiménez Aranda (1893)

           Por todo esto recuerdo con cariño a los maestros que iniciaron a los niños en las salidas a la naturaleza, aquellos que comprendieron que era necesario romper las barreras del aula, experimentar. Muchos habréis visto la película “La lengua de las mariposas”. Con maestros como ese Don Gregorio, interpretado por Fernando Fernán Gómez, y con las iniciativas pedagógicas que alentaron los cambios como La Institución Libre de Enseñanza en Madrid, Las Escuelas del Ave María en Granada, y La Escuela Moderna de Barcelona, por ejemplo, siento que tengo una deuda pendiente.








lunes, 10 de abril de 2017

REENCUENTROS

"Conversaciones en el jardín de Luxemburgo" de Vittorio Matteo Corcos (1880)



"...sólo el olor y el sabor -más débiles pero más vivaces, más inmateriales, más persistentes, más fieles- perduran durante mucho tiempo aún, como almas, recordando, aguardando, esperanzados, sobre las ruinas de todo lo demás, portando sin flaquear sobre su gotita casi impalpable el inmenso edificio del recuerdo" Marcel Proust

Me saludó en el parque, hacía días que coincidíamos en un banco del paseo, buscando el primer sol de la primavera. Poco a poco fuimos intercambiando algunas frases, como por mera educación. Hasta que un día, abiertamente, me preguntó, "¿también es usted viuda? Veo que viste de negrole contesté que la respuesta no era sencilla, que tenía una vida poco habitual, enmarañada y para colmo inconclusa. 


El Roble de Isaac Levitán (1860-1900)

        A partir de entonces no dejó insistir, hasta que una tarde yo le objeté, "le advierto, que mis historias son todas funestas, si lo que busca es entretenimiento...", pero su obstinación en hacerme hablar, no cejó hasta que comencé a contarle lo siguiente…


Páramos de Otto Modersohn (1903)

         "Llevaba yo recorrido mucho mundo y hacía demasiado tiempo que había partido de lo que un día fue mi hogar, cuando decidí volver.
Y después de tantos años, el reencuentro fue realmente perturbador.
Él seguía allí, sentado en su sillón de mimbre, leyendo, en un flanco del patio de la gran casona, como si nunca se hubiese movido de aquel sitio.

La casa de la madre vista desde el patio trasero de  Vincent Van Gogh (1882)

Yo, ya llevaba unos días deambulando por el viejo pueblo, esperando el momento propicio para acercarme. Sin embargo me resistía, ahora sabía que la herida de mi huida había sido demasiado afilada. Primero, vi su silueta como de pasada, para observar a continuación todo el espacio detenidamente. El resto del lugar también permanecía indemne. Parecía como si la escena, se hubiese quedado perpetuada durante aquellos casi 30 años.


En el amor  de Marcus c. Piedra (1888)




Mujer en frente de la chimenea de Marcel Rieder (1932)













Sólo después, me atreví a mirarle a él.


Me pareció, como si no hubiese cambiado de costumbres. 


Cercano el crepúsculo, leía apaciblemente. 

          A su lado, sobre un velador, una jarra y un vaso vacíos.

    Algo me hizo mantener la vista fijamente sobre él. Me resultaba imposible apartarla de su rostro. Más tarde, se metió en la casa, y como si me presintiese, se acercó a la balconada. Allí quedó con la mirada fija y perdida.  Conforme pasaba el tiempo mi zozobra iba en aumento.

    Al fin, caí en la cuenta… ¿Cómo era posible, que después de tanto tiempo, él no hubiese envejecido?


La Galeria de Feliu Elias i Bracons, (1928)

      Para entonces ya había comenzado a oscurecer, pero yo, seguía viéndolo con total nitidez.

        De repente, las hojas de los árboles, y los matojos que saturaban el gran patio, se agitaron en una racha casi imperceptible. 

En aquel momento, él, levantando la cara me miró a los ojos.

Al instante, ambos nos desvanecimos para siempre."

Ruinas del castillo de Kenilworth de Guillaume van der Hecht (1817-1891)

       Tras escucharme, el indiscreto personaje del parque, se levantó lentamente y comenzó a caminar hasta alejarse de mí. Nunca más volvimos a vernos.


Filósofo Meditando de Rembrandt (1632)


"Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves 
    y el viernes y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre 
la cama donde se quiere dormir,
la estúpida gota del tiempo 
cayendo sobre el corazón aturdido,
la vida pasando como estas palabras.
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, 
otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido, 
entre la borrachera y la conciencia,
entre la lujuria y el remordimiento 
y el cansancio.
Encontrarse, de pronto, 
con las manos vacías,
con el corazón vacío,
con la memoria como una 
ventana hacia la obscuridad,
y preguntarse: ¿qué hice?, 
¿qué fui?, ¿en dónde estuve?
Sombra perdida entre las sombras,

¿cómo recuperarte, rehacerte, vida? "
                                                                    Jaime Sabines