TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

lunes, 10 de abril de 2017

REENCUENTROS

"Conversaciones en el jardín de Luxemburgo" de Vittorio Matteo Corcos (1880)



"...sólo el olor y el sabor -más débiles pero más vivaces, más inmateriales, más persistentes, más fieles- perduran durante mucho tiempo aún, como almas, recordando, aguardando, esperanzados, sobre las ruinas de todo lo demás, portando sin flaquear sobre su gotita casi impalpable el inmenso edificio del recuerdo" Marcel Proust

Me saludó en el parque, hacía días que coincidíamos en un banco del paseo, buscando el primer sol de la primavera. Poco a poco fuimos intercambiando algunas frases, como por mera educación. Hasta que un día, abiertamente, me preguntó, "¿también es usted viuda? Veo que viste de negrole contesté que la respuesta no era sencilla, que tenía una vida poco habitual, enmarañada y para colmo inconclusa. 


El Roble de Isaac Levitán (1860-1900)

        A partir de entonces no dejó insistir, hasta que una tarde yo le objeté, "le advierto, que mis historias son todas funestas, si lo que busca es entretenimiento...", pero su obstinación en hacerme hablar, no cejó hasta que comencé a contarle lo siguiente…


Páramos de Otto Modersohn (1903)

         "Llevaba yo recorrido mucho mundo y hacía demasiado tiempo que había partido de lo que un día fue mi hogar, cuando decidí volver.
Y después de tantos años, el reencuentro fue realmente perturbador.
Él seguía allí, sentado en su sillón de mimbre, leyendo, en un flanco del patio de la gran casona, como si nunca se hubiese movido de aquel sitio.

La casa de la madre vista desde el patio trasero de  Vincent Van Gogh (1882)

Yo, ya llevaba unos días deambulando por el viejo pueblo, esperando el momento propicio para acercarme. Sin embargo me resistía, ahora sabía que la herida de mi huida había sido demasiado afilada. Primero, vi su silueta como de pasada, para observar a continuación todo el espacio detenidamente. El resto del lugar también permanecía indemne. Parecía como si la escena, se hubiese quedado perpetuada durante aquellos casi 30 años.


En el amor  de Marcus c. Piedra (1888)




Mujer en frente de la chimenea de Marcel Rieder (1932)













Sólo después, me atreví a mirarle a él.


Me pareció, como si no hubiese cambiado de costumbres. 


Cercano el crepúsculo, leía apaciblemente. 

          A su lado, sobre un velador, una jarra y un vaso vacíos.

    Algo me hizo mantener la vista fijamente sobre él. Me resultaba imposible apartarla de su rostro. Más tarde, se metió en la casa, y como si me presintiese, se acercó a la balconada. Allí quedó con la mirada fija y perdida.  Conforme pasaba el tiempo mi zozobra iba en aumento.

    Al fin, caí en la cuenta… ¿Cómo era posible, que después de tanto tiempo, él no hubiese envejecido?


La Galeria de Feliu Elias i Bracons, (1928)

      Para entonces ya había comenzado a oscurecer, pero yo, seguía viéndolo con total nitidez.

        De repente, las hojas de los árboles, y los matojos que saturaban el gran patio, se agitaron en una racha casi imperceptible. 

En aquel momento, él, levantando la cara me miró a los ojos.

Al instante, ambos nos desvanecimos para siempre."

Ruinas del castillo de Kenilworth de Guillaume van der Hecht (1817-1891)

       Tras escucharme, el indiscreto personaje del parque, se levantó lentamente y comenzó a caminar hasta alejarse de mí. Nunca más volvimos a vernos.


Filósofo Meditando de Rembrandt (1632)


"Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves 
    y el viernes y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre 
la cama donde se quiere dormir,
la estúpida gota del tiempo 
cayendo sobre el corazón aturdido,
la vida pasando como estas palabras.
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, 
otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido, 
entre la borrachera y la conciencia,
entre la lujuria y el remordimiento 
y el cansancio.
Encontrarse, de pronto, 
con las manos vacías,
con el corazón vacío,
con la memoria como una 
ventana hacia la obscuridad,
y preguntarse: ¿qué hice?, 
¿qué fui?, ¿en dónde estuve?
Sombra perdida entre las sombras,

¿cómo recuperarte, rehacerte, vida? "
                                                                    Jaime Sabines

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