TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

martes, 1 de noviembre de 2016

PARA MORIRSE SIEMPRE HAY TIEMPO

 Xilografía del Codex Palatinus 438, Universidad de Heidelberg,
1443, detalle que representa al Cardenal.


EL ATARDECER
Es el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.
Es entonces cuando se abandona todo.
El pensamiento recoge su tolda de tela de araña
y el corazón olvida el porqué de su angustia.
El caminante del desierto abandona su campamento,
que pronto desaparecerá bajo la arena,
y continúa su viaje en la quietud de la noche,
guiado por enigmáticas estrellas.
Pär Lagerkvist

Siempre me ha llamado la atención, lo que yo llamo, con todo respeto, culto a los muertos. Mis creencias, me llevan a pensar, que en los cementerios, tan solo quedan restos, y por tanto, que únicamente esa parte, en proceso de descomposición, de lo que fue la persona humana, reposa allí.
Sin embargo, cuando viajo, sobre todo por pueblos pequeños, procuro visitar, siempre que me es posible, los camposantos. La información que aportan es amplísima y su estética, me resulta, habitualmente, especialmente agradable.
Pero, desde que era una criaja, me he cuestionado, este tema. ¿Para qué llevar flores? ¿Qué sentido tiene gastar dinero en eso? Y siempre mi parte racional se mantiene en la idea de que a las personas hay que obsequiarlas mientras viven. Cuando veo esos preciosos ramos de rosas, no puedo evitar pensar, en si el difunto habría recibido alguno de ellos en vida. ¡Con lo que alegran las flores la existencia!


























        Pero en fin, las creencias, van íntimamente ligadas con la cultura, y en la nuestra, existen unas costumbres conmemorativas, previas al funeral y el enterramiento, que en el caso de las personas creyentes, forman parte de un variado ritual. No se trata únicamente de honrar debidamente al muerto, cosa que podría hacerse lógicamente en un ámbito familiar o más restringido.  El ritual, se convierte en un deber público y necesario, porque así, es como se reafirma el compromiso que existe entre los pertenecientes a esa sociedad.
No pretendo criticar esta forma de actuar, sino, sencillamente entenderlo. Tampoco quiero negar que quienes acompañan en el duelo, no sientan pena, tristeza etc…  Yo misma, los he experimentado muchas veces y con total sinceridad. No es eso.
Y lo mismo ocurre en otro tipo de despedidas ya sean civiles o de cualquier otra índole.
Porque lo que no se puede discutir, es que si hay algo antiguo en la humanidad, es el culto a los muertos y además, generalmente,  el llevarlo a cabo no de forma privada sino en común con el resto del grupo.
Pero lo que yo quería en realidad, era tener una buena excusa, no para filosofar, sino para para recordar aquí, algunas pinturas sobre la muerte, que a pesar de tener su parte morbosa, me parecen preciosas. Así que allá vamos…
En la Edad Media, se ponen de moda las llamadas danzas de la muerte. Algunas, todavía perviven en el folklore de ciertos pueblos españoles y europeos. En la de Europa medieval, se sucedían las epidemias. La terrible peste negra, se estima que diezmó, aproximadamente, a un tercio de la población en varios brotes. Se vivía con terror a las epidemias, y la muerte formaba parte de lo cotidiano. Esto causó entre las gentes una gran obsesión por la muerte, que a su vez, desencadenó un fuerte interés por remarcar la divergencia entre el auge de la vida y la irremediable descomposición que conlleva la muerte. En este contexto nacieron las danzas de la muerte, expresiones artísticas, con la Muerte como personaje central, que suele mostrarse como un esqueleto, y que encabeza una danza, a la que va arrastrando a varios personajes que solían encarnar a las diferentes clases sociales, era una forma de expresar el que: "de esto no se libra nadie, por mucha pasta o elevada posición que tenga..." De estar completa, la danza, tendría una parte gráfica acompañada de un texto literario. Pero las hay también por separado.
Veremos pues algunas muestras medievales y del Renacimiento, para terminar en el siglo XX. Todas las fotografías están sacadas de https://www.google.es.
En Beram, en la región de Istria, (antigua Yugoslavia y hoy Croacia) 1474, Vincent de Kastav pintó este magnífico fresco de una Danza de la muerte.


Beram, el conjunto.














Beram, escena central














     
        También de la época son los maravillosos frescos de Bert Notke, representando una Danza macabra, en la capilla del crucero de Marienkirche, en Lübeck, los originales de 1463, fueron destruidos en la II Guerra Mundial, y sólo los conocemos por litografías y fotografías.


Frescos de Bert Notke
































       Éste otro de abajo, es "El triunfo de la muerte" y está en el Oratorio de la Disciplina de Clusone, en la provincia de Bérgamo (Lombardía, Italia). Lo pintó Giacomo Borlone de Buschis en 1485.



Uno que me ha llamado mucho la atención, porque me ha parecido bastante cruel, es el que sigue, si os fijáis, en el detalle de la madre y el niño atraídos por la Danza de la Muerte, ésta tienta al pequeño enseñándole un dulce…


Capilla y osario del cementerio de Metnitz, frescos anónimos, 1490-1500










Escenas de Niklaus Manuel Deutsch

























       En el siglo XVI siguen con la misma moda. En Berna, (Suiza) entre 1526 y 1517, Niklaus Manuel Deutsch, comenzó a pintar su famosa "Danza de la muerte" para el cementerio el monasterio dominico de la ciudad. Arriba vemos dos escenas.

      Pero este tipo de representación pasó a la posteridad, y podemos encontrar pinturas como ésta del barroco español:


Juan de Valdés Leal, en 1672, pintó para el Hospital de la Caridad de Sevilla "Sic transit gloriae mundi" (Así pasa la gloria del mundo) y "Finis gloriae mundi (El fin de las glorias mundanas) (1672).


Los dos cuadros de Valdés Leal



Y como no podía ser de otra forma, el tema no pasa de moda. En pleno siglo XX la muerte, con otra estética seguirá presente. 

En España el gran Gutierrez Solana, en 1930 nos dejó una fantástica muestra:


La Procesión de la Muerte, José Guitérrez Solana


Sin olvidar el famoso Guernika de Pablo Picasso (1937):




Y Felix Nussbaum (1904-1944)el llamado "pintor del terror nazi", pintó el cuadro de abajo, fechado el 18 de abril de 1944, pocos meses antes de que fuese asesinado. La composición recuerda a los que hemos visto en del Renacimiento y si no, fíjense bien: 

 El triunfo de la muerte

        Y en cambio, en México, en 1947, Diego de Rivera, trato el tema con todo el colorido característico de su país.

Sueño de una tarde dominical en a Alameda Central









      
      Para terminar este breve repaso, citar al artista polaco Zdzisław Beksiński, (1929-2005), que nunca quiso poner título a ninguna de sus impresionantes obras:




       Y es que, como aparece en “La Dança General de la Muerte”, que se conserva en El Escorial datada en el siglo XV: 

 “Yo soy la Muerte, que a todas las criaturas
 que hay en el mundo destroza y arrasa…
 A la danza mortal venid los nacidos
 todos del mundo, de cualquier estado.
 Los que no quisieren, con fuerza impelidos
 haréles venir muy pronto al llamado”


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