TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

lunes, 26 de febrero de 2018

SILENCIOS QUE ENRIQUECEN

"Pintora y pianista"  de Lionello Arqueros (1910)


“El silencio no es la ausencia de sonido sino de ruido.  Sólo cuando paramos el torrente de pensamientos que nos bombardea, podemos escuchar esa voz que no surge de la cabeza sino del corazón”. 
Mario Alonso Puig


Vivimos en un mundo que transita en pleno proceso de cambio. Como mucho podemos analizar los parámetros en los que nos hemos movido hasta ahora. Sin embargo, creo con sinceridad, que todavía no estamos en condiciones de saber a dónde vamos, no tenemos un modelo vislumbrado. Tampoco esto es nuevo. La humanidad ha sobrevivido a profundas transformaciones a lo largo de la historia. Comenzamos siendo grupos de simios evolucionados y hasta aquí hemos llegado. Por eso me disgustan esas mentes apocalípticas y catastrofistas que parecen empeñadas en ver únicamente la parte más negativa de lo que pudiera acontecer, de otras peores hemos salido.

"Paisaje marino hawaiano" de Lionel Walden (1861-1933)

Lo que ya me preocupa más, es que en pleno siglo XXI, sigamos siendo tan torpes como para dejar nuestro propio destino, en manos de unos gobernantes que están dando muestras de una palmaria incompetencia y sobre todo de creernos a pies juntillas lo que los medios de comunicación nos transmiten. Si a esto le añadimos que hasta hace poco tiempo imperaba el lenguaje interpersonal y que en pocos años hemos pasado a movernos en el espacio virtual, es fácil comprobar cómo poco a poco se ha impuesto la costumbre de hablar cada vez menos. Por ende, se impone como forma "políticamente correcta" el hecho de evitar conversaciones sobre cuestiones de política entre familiares o amigos cuando se intuye que el propio punto de vista no es compartido por el resto. Hemos perdido capacidad de diálogo. A menudo, callamos las propias opiniones porque como además necesitamos sentirnos aprobados socialmente, sólo nos expresamos si creemos que nuestras palabras van a ser ratificadas por nuestros interlocutores. No se puede generalizar, pero ocurre en múltiples ocasiones. Quizás, esto se deba a que algunas de estas ideas pudieran no estar lo suficientemente sustentadas y sean más ajenas que propias.

Y es que mucho me temo que vivimos inmersos en un mundo tan saturado de ruido, que no podemos dejar que las células nerviosas de nuestros cerebros funcionen con normalidad. Creo pues, que necesitamos un poco de silencio. Y esta idea, surge de la convicción y la propia experiencia de que sólo la contención y el sosiego ayudan a estructurar la cantidad de mensajes que recibimos.


Únicamente alejados de ruidos y voces, es posible depurar toda la información que nos llega y que en estos tiempos puede calificarse de abrumadora. Nuestro cerebro necesita de la suficiente tranquilidad como para ser capaz de valorar los datos y las experiencias vividas que va recibiendo, y posteriormente, quedarse con la información que le interesa descartando la que no le sirve. Obvio es, que cada cual tiene su propio funcionamiento, por lo que sería absurdo tratar de imponer modelos, uno debe buscarse su "espacio de paz". 

"Puesta de sol en el mar" de Juan Federico Kennett (1872)

Pero no es sólo eso, es además, desde el silencio interior, desde donde es posible que surjan los pensamientos, las emociones, los recuerdos las ideas etc... Y sólo así, conseguimos dar sentido a nuestras experiencias, ser más creativos y meditar sobre nuestros propios estados mentales y emocionales. El silencio es el camino para llegar hasta allí. No hay creatividad sin silencio. En este sentido, Octavio Paz se expresa de maravilla en este poema.

SILENCIO  
Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.


"Conversación interesante"  de Federico Zandomeneghi (1895)


Y pienso también, que el silencio es como un gran maestro para aprender a escuchar y a dialogar con el otro. Escuchar no es una acción pasiva, exige estar atentos a lo que la otra persona nos está transmitiendo. La empatía suele jugar en esto un importante papel. Somos ante todo personas, lo que nos convierte en seres sociales. Y en numerosas ocasiones, como humanos nos sentimos liberados hablando, además, percibimos inmediatamente cuando nuestro interlocutor deja de prestarnos atención, por eso la escucha requiere previamente, del ejercicio de la paciencia. De una paciencia amorosa y solidaria, a sabiendas de que si bien eres hoy tú el oyente, es posible que cualquier otro día, seas tú mismo quien necesite de alguien que te escuche en tus asuntos y dilemas...

Así, frente a la algarabía que nos rodea, la dávida del silencio, se nos ofrece como un arma poderosa para ser más íntegros, y es que como escribía la gran María Zambrano, en su obra “Hacia un saber sobre el alma,  "La verdad necesita de un gran vacío, de un silencio donde pueda aposentarse, sin que ninguna otra presencia se entremezcle con la suya, desfigurándola... Sólo en soledad se siente la sed de verdad". 
Si os apetece, podéis escuchar esta magnífica interpretación del Adagio del Albinoni: https://www.youtube.com/watch?v=kn1gcjuhlhg

"El Monte Elbrus cubierto por nubes" de Nikolái Jarošenko (1894)


¿DE QUÉ SILENCIO ERES TÚ SILENCIO?  
Fina García Marruz

¿De qué silencio eres tú silencio?
¿De qué voz, qué clamor, qué quién responde?
Abismo del azul, ¿qué hacemos en tu seno,
hijos de la palabra como somos?
¿Qué tienes tú que ver, di, con nosotros?
¿Cómo si eres ajeno, así nos tientas?
¿Habría sed de no haber agua cierta?
¿O quién vistióme de piedad los ojos?
¿Puedo poseer, pequeña, don inmenso
que faltase a los cielos y a las aguas?
Y él ¿podría morir, sobreviviendo
menor que él, todo el fulgor del cielo,
quedar la tierna luz indiferente
al fuego que, irradiando, ha suscitado?






1 comentario:

  1. Entrada hermosa, inteligente, sabias palabras, hermosas imágenes, poesía honda, sosiego. Una gran obra

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