TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

martes, 3 de mayo de 2016

INFANCIAS PASADAS

El hombre de las chucherías R. Gemmell Hutchison












      

DONDE HABITE EL OLVIDO
                                                                  Luis Cernuda

"...Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño..."



     Si alguien quiere mientras lee esto, puede escuchar música de fondo pinchando aquí: https://www.youtube.com/watch?v=sSbqm7ZK_9s. podéis escuchar a Eric Clapton, con su Tears In Heaven-Unplugged, son 5 minunos 26 segundos deliciosos.

     Me sorprendieron aquellos cuadros sobre huérfanas que colgué en Facebook. Me planteaba, la capacidad que tienen los buenos pintores, para extraer tanta belleza aún de entre las situaciones más adversas, y no es en casos aislados. Tenemos muchos ejemplos, hay escenas de guerra, de muerte, históricas, realistas que recogen los más duros trabajos, incluso algunas mitológicas que son verdaderamente espléndidas, "La muerte en Sardanápolo" de Delacroix o la "Balsa de la Medusa" de Gericault son buenos ejemplos, sin olvidar "Los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid" del gran Goya o el Guernika ...

Pero me quedé tocada, con ese mundo de niños y niñas, que a lo largo de la historia han sufrido, y que sin embargo, por ser, quizás los más frágiles, los menos visibles, por las elevadas tasas de mortalidad o no sé muy bien porqué, no ocupan en el campo de la pintura, demasiado protagonismo. Podríamos decir que no existe un ámbito específico dedicado al niño doliente. Existe en cambio, la representación de niños y niñas, felices, en familia, en parques, en fin… para qué alargarse… es algo similar a lo que ahora ocurre con la publicidad. Se buscan como modelos, a niños y niñas hermosos, casi perfectos, sin mácula… 


El paseo de los niños,  Timoleon Marie Lobrichon 

Pero rastreando, lo que he podido constatar,  es que, sobre todo, el mundo de la pintura, ha plasmado, dejando plena constancia y con todo detalle, las diferencias sociales y los distintos ámbitos en los que se han movido los niños a lo largo de la historia, y además como siempre he aprendido cosas nuevas.
Si os fijáis en el cuadro que encabeza esta entrada, un puñado de niños y chiquillos, rodean el carrito de chucherías del hombre que acaba de llegar. Parece una escena rural. Sólo hay tres personas mayores, el vendedor, una mujer, tranquila, apoyada en un tronco a la entrada de la casa y otra, agachada, que ayuda a un pequeño a sujetar su globo morado. Uno de los niños, ha dejado a su lado un artilugio, semejante a un yugo, con los cubos de traer agua, y todos miran con curiosidad e ilusión al carrito y su contenido. El hombre los atiende con paciencia. Están pisando barro. Se nota que es un momento extraordinario, no habitual para esos niños. Sin embargo, más abajo, una escena absolutamente urbana, nos introduce en un mundo diferente. Tres nurses, y una institutriz de niños de clases acomodadas, pasean a los pequeños, por una alameda adoquinada y con losas, adornada con columnas y arboledas, y las personas, les abren paso para no cortar la comitiva. Son los reyes de sus casas... 

            Y como no podía ser menos, también el mundo del ocio era antiguamente diferente. 

El estanque de la trucha de Francis Coates Jones












Niños jugando a los dados, B.Murillo


Luz de atardecer, Edward Dufner
Niños jugando a las cartas, Louis de Nain, 1650
          
  Si contemplamos los cuadros de arriba veremos dos infancias. En el primero, dos niños, intentan pescar mientras juegan relajados, bien alimentados y vestidos. Tumbados en la hierba de la orilla, no hay ningún atisbo de preocupación en sus rostros. Se diría que son felices. Lo mismo que las niñas que juegan al corro. Pero al lado, ya Murillo, nos mostró como unos niños que se pasaban la vida en la calle, mal vestidos, también jugaban, pero... a los dados. Y los que juegan a las cartas, descalzos, pero con ropa de quien quiere ser ya mayor, vaya pilluelos, lo mismo, ¿harían apuestas?
Incluso en el juego se observan las diferencias, delicadas niñas en jardines, y abajo, niños descalzos que juegan con los aparejos de trabajo de sus padres. Pero hay un nexo que los une, porque el juego es el juego. Mientras un niño pueda jugar sigue siendo un niño y la felicidad, que irradian sus caras no se las quita nada ni nadie (de momento).

Niños jugando, Arthur Jhon Esler

Sala de espera de la Isla de Ellis de Mort Kunstler




















Sin embargo, también los niños emigraban. Observar estos de arriba. La isla de Ellis, era la principal aduana de Nueva York. En torno a 12 millones de personas entraron a los E.E.U.U. por allí, entre 1892 y 1954, donde eran inspeccionadas legal y médicamente. Los niños están cansados, algunos padres los toman en sus brazos. Desaliñados, quizás mal alimentados tras una larga travesía. Cargan con todos sus enseres y desconocen el futuro que les espera. Qué pasaría por la cabeza de estas criaturas. ¿Los dejarían entrar sin problema? ¿Encontrarían sus padres trabajo? ¿Cómo sería su vida a partir de ahora tan lejos de su tierra…? Encontrarían amigos para jugar? Ellos mismos seguramente, tendrían que ponerse pronto a trabajar...La prueba en el cuadro de abajo.

Mujer comprendo el diario a un muchacho en Broadway, Herman N. Hyneman

El flautista de los sueños Estella Canziani 1915

Niña en el piano, Frederick Carl Frieseke 1928

Concierto infantil Georgios Jakobiles 1900






















      También a la hora de aprender, aunque sea un instrumento musical, aparecen diferencias notables, los hay autodidactas y hay quien delicada y cómodamente se cultiva es su casa con toda comodidad. Aunque también en este caso, cabría preguntarse cual de ellos es más feliz tocando...

En clase Jules Jean Geoffroy

Y a las escuelas... pocos niños pobres podían acudir, lo habitual era que tuviesen que incorporarse como mano de obra barata muy pronto, la educación era para la élites. Existía un gran abandono infantil familiar,  además, muchos huían de sus propias casas por hambre y malos tratos. De todos modos pronto comenzaron algunos colectivos a intentar acercarse a estos grupos marginales que fácilmente acababan formando parte de la delincuencia.

Y el mundo de la mendicidad también queda retratado con toda su crudeza en la pintura. Se pedía por necesidad y en ocasiones, igual que actualmente en muchos países, los niños eran victimas de personajes sin escrúpulos que lo explotaban vilmente.

Ilya Repin, Mendiga 1876

Mendigo, Fernand Pelez.1884. Colección privada ablaevariteprobatum.blogspot.com


























      Un grave problema lo constituían los huérfanos, si quedaban en manos de sus madres, dependían de la situación económica de ésta, en cuyo caso se quedaban, si era posible en casa, de lo contrario iban a parar a alguna institución o convento como expósitos. La palabra expósito, viene del latín Ex pósitus, “puesto fuera” (porque el pater familias podía  en Roma, echar de casa a cualquiera de la familia). En nuestro caso, solían abandonarse muy pequeños y la mayor parte de las veces de forma anónima. Quien lo dejaba, generalmente la madre, lo depositaba en un torno y tocaba una campanilla puesta a tal efecto para avisar.  Otros iban a parar a las calles. A partir de 1750, comenzaron a crearse en España los orfanatos bajo el nombre de Casas de Misericordia. Tampoco se puede olvidar que la tasa de mortalidad postparto era elevadísima, y que a pesar de que los hombres se volvían a casar, los niños estaban en situaciones de graves tanto carencias afectivas como económicas.

El expósito es devuelto a su madre Emma Rrownlow 1858







Los huérfanos ante el sepulcro de su madre,  Luis Monroy. 1870  


Comida en el orfanato Anna Ancher

      Pero también hubo gente altruista, como el señor que protagoniza la escena de abajo. Se trata de Johann Heinrich Pestalozzi. En 1775 abrió en Neuhof una escuela para niños pobres inspirada en el modelo del Emilio, el tratado de Rousseau. El proyecto fracasó, como también otro similar intentó crear en Stans. En 1797 publicó “Mi investigación sobre el curso de la naturaleza en el desarrollo del género humano”, su obra de mayor repercusión. Reemprendió sus prácticas pedagógicas en un castillo que le dejo el gobierno, en Berna, lo que que reflejó en su obra "Cómo Gertrud enseña a sus hijos" (1801). Aspiraba a reformar la sociedad partiendo de una educación que buscase una formación integral del individuo, más que la imposición de contenidos, y que concediera un amplio margen a la iniciativa y a la capacidad de observación del propio niño. Su doctrina no tardó en propagarse, y fue muy admirada por filósofos como Fichte o pedagogos como Johann Friedrich Herbart, y por la mayoría de los jóvenes pedagogos de la época. Abajo lo vemos retratado en una de las casas que fundó.

Pestalozzi con los huérfanos, Grob, Konrad, 1879

Y ni siquiera la muerte llegaba para todos de la misma manera. No quiero ser morbosa, pero observad estos cuadros:

Retrato de niño muerto de Manuel Gómez-Moreno González

Este bebe, ha muerto y su familia se ha permitido el lujo, de hacerle un retrato al óleo post-mortem. En él, el niño aparece con gran boato, con sus mejores faldones y en su cuna, rodeado de encajes y muselinas. La moda de retratar a los muertos lo trataremos otro día, se puso muy en uso con la expansión de la fotografía.


Mirad a ese otro, le ocurre lo mismo, aunque es un retrato de estilo colonial.Vestido como un pequeño príncipe o un angelito, en la inscripción de abajo, ya es tratado de Don... Ambos son evidentemente dos niños de familias ricas. 
No he encontrado, como es natural ninguno de un niño pobre ¿cómo iban a permitírselo…?

En la calle, Thomas Benjamin Kennington, 1890

Sin embargo, he encontrado este otro que viene expresar lo que supone morirse de hambre en la calle. Me dejado un sabor amargo en la boca. No he podido evitar que me hiciese evocar muchas situaciones actuales, desde el título, hasta la propia composición.Una mujer viuda, se ha quedado sin hogar, y camina por las calles de una ciudad con todas sus pertenencias en un hatillo. Le acompaña su hijo, hasta que éste cae desfallecido, enfermo, por hambre o por ambas cosas. Visten discretos, pero no como pobres, ¿clase media caída en la pobreza? Me duele de tan actual.  Que nadie repita que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ni para la infancia, ni para nadie.

         En fin, a los niños, sobre todo a aquellos quienes por tantas razones les robaron y les seguimos robando la infancia, estos versos de D. Antonio Machado:




PEGASOS, LINDOS PEGASOS
Antonio Machado

Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera…

Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,

caballitos de madera!



2 comentarios:

  1. Preciosa página con preciosos comentarios, pero resulta peligroso traer a mano a Rousseau, y menos aún ponerlo de ejemplo. Tuvo cinco hijos con su mujer oficial pero los fue ingresando en el orfanato nada más nacer. Y digo mujer oficial porque fue amante y mantenido de otras varias y dio un trato brutal a esa mujer nombrada que le procuró cinco hijos de los que se desprendió con repugnancia.

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  2. Preciosa página con preciosos comentarios, pero resulta peligroso traer a mano a Rousseau, y menos aún ponerlo de ejemplo. Tuvo cinco hijos con su mujer oficial pero los fue ingresando en el orfanato nada más nacer. Y digo mujer oficial porque fue amante y mantenido de otras varias y dio un trato brutal a esa mujer nombrada que le procuró cinco hijos de los que se desprendió con repugnancia.

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