TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

lunes, 14 de marzo de 2016

ÁFRICA EN EL CORAZÓN


questiondigital.com


Algunos cambiarían de buena gana su vida por la tuya. Acurrucados bajo los puentes o en los pasillos del metro, los   sin-techo seguramente sueñan a veces con una choza en áfrica.
¿Qué significa la libertad, 
salvo la nada, cuando ya no se refiere al otro?

Fatou Diome, escritora y novelista senegalesa



“El oro viene del sur, la sal del norte
y el dinero del país del hombre blanco,
pero los cuentos maravillosos
y la palabra de Dios
sólo se encuentran en Tombuctú.”
                      Poema árabe del siglo XIII

Reconozco que siento una cierta pasión por África y su población. Una amiga,  insiste de forma recurrente, en decirme que esto, tiene que ser alguna especie de trauma, que me dejó el colegio de monjas en el que estudié, por aquello, de esas huchas con cabezas de indígenas, con las que nos enviaban a postular el día del Domund. No estoy segura de que la cosa sea tan sencilla, pero lo cierto es que yo siempre me cogía la del negrito…
Afortunadamente, conozco a bastantes africanos y africanas. Además, he podido, aunque muy poco, viajar a lo que para mí, sí que es el Viejo Continente. No es bueno generalizar, pero en general, me han resultado gentes acogedoras, fraternas, sencillas y con un profundo sentido de su dignidad.





Hace unos años, tuve la oportunidad de realizar un curso, en el que entre otros, nos dio clase una semana Mbuyi Kabunda Badi, Profesor de Relaciones Internacionales del Instituto de Derechos Humanos de Estrasburgo y miembro del Grupo de Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid. El resto de docentes no le iban a la zaga. Pudimos aprender muchas cosas. Me encontré frente a un África, a la que, a pesar de haber estudiado Historia, apenas conocía, algunos hallazgos paleontológicos, el imperio Egipcio, lo que atañía a Europa en relación con las invasiones árabes, la época de las descolonizaciones y poco más que yo recuerde ahora.

Abdis Abbeba 
Anteriormente, me había interesado por algunos de sus problemas, atraída por lo que entonces se llamaba el “Tercer Mundo”, y más tarde, por la Teología, supe de algún otro imperio antiguo. Una vez más, fui consciente de mi pobreza cultural. En dicho curso conocimos toda la historia de África, sus diferentes etnias y lenguas. Sus imponentes imperios... La fría descolonización, que forjó unas fronteras totalmente ajenas a las etnias y grupos autóctonos. En fin, el eterno problema de los pueblos indígenas, ocupantes ancestrales, que no tienen título de propiedad de sus tierras, frente al colono, legalista y poderoso, que llega al registro y se anota lo que quiere a su nombre


Poblado en Burkina Faso www.okakene.com

África sufre una explotación secular de sus recursos. Desde los más tradicionales, como el cacao, el café, el caucho, la madera, el oro o los diamantes, hasta la extracción salvaje de minerales para seguir avanzando en nuestra carrera tecnológica, siempre en manos ajenas. 

La sangría de la esclavitud dejo unas consecuencias demográficas incalculables. Todavía hoy, viajar a Gora o Gorae (la isla de los esclavos, en Senegal) provoca la misma sensación de horror que visitar un campo nazi, con la diferencia, de que Gora, se utilizó como punto de concentración, tráfico y venta de las personas que se secuestraban en Africa desde 1536 hasta 1848.

Los sistemas políticos instaurados a la sombra de sus antiguas metrópolis dominadoras, la dependencia de sus economías… Cómo China se ha ido constituyendo en la nueva colonizadora y cómo el sida ha supuesto un gran drama añadido, además de otros muchos, ya endémicos. Luego llegaría el Évola...


Grupos rebeldes en el Congo


Mali
África, es actualmente, un continente con cincuenta y cuatro países, reconocidos por la comunidad internacional más otros dos, Sáhara Occidental y Somalilandia, a los ésta no reconoce, y sí, en cambio la Unión Africana. Muchos de ellos, luchan por crecer económicamente, pero tienen unas economías excesivamente dependientes. Es enorme, y con  zonas absolutamente diferentes, basta con señalar el África del Sahel con todo lo que es el África Subsahariana, simplificando mucho.


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La excesiva servidumbre de los estados africanos respecto a las materias primas cuyos precios les son impuestos por los mercados internacionales, actualmente, la caída de los precios del petróleo, que está afectando a países productores y exportadores como Nigeria y Angola, Libia, Argelia o el Congo y que también afecta a los precios de otros minerales, y el parón de la economía china, van en su contra. Lo mismo ocurre con las guerras, muchas de ellas, inducidas externamente. A su favor, el hecho de que, aunque sea muy muy lentamente la pobreza va reduciéndose. Africa no saldrá adelante sin el apoyo internacional, para conseguir que las situaciones políticas se afianzen lo suficiente como para dar el paso a gobiernos menos corruptos, más democráticos y sobre todo estables, de modo que puedan permitir el desarrollo de clases sociales locales medianamente emprendedoras. Las mujeres africanas están jugando un papel muy importante, del que otro día trataremos. Lamentablemente, los fundamentalismos islámicos también.

Si algo si es urgente solucionar en África son temas como el respeto a los Derechos Humanos, la Educación, la carencia de Agua, y con ella el HAMBRE.

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¿Cómo no amar a un continente tan cruelmente tratado? ¿Cómo no, cuando posee una riqueza cultural impresionante? ¿Cómo en la medida en la que mínimamente se puede, no compartir solidariamente, sus grandes tragedias, sus hambrunas, sus matanzas, los problemas de sus niños sin niñez...
Pero de eso trataremos otro día, lo mismo que de sus artes plásticas, sus costumbres, sus danzas, su música… 
Mi amiga se empeña en lo de la cabeza del negrito, pero a mi desde siempre, la música africana me ha hecho vibrar, tanto la tradicional como la que hacen los músicos contemporáneos. Y la literatura, aunque no llega en cantidad traducida al castellano, es de gran calidad. Otro día me referiré a estos asuntos, y os contaré una historia que me apasiona, en torno a unos manuscritos españoles, salvados de Toledo en 1468 y conservados con mucho amor en Tombuctú. ¿A que promete?

Os dejo un enlace que os llevará a Tiébelé, un pueblo de Burkina Faso, de una belleza impresionante, y un brevísimo poema muy antiguo pero que me parece precioso, se trata de un "Jula", de Costa de Marfil, pertenece a la cultura oral tradicional africana:



UNA MUJER CANTA

Moriré de pena
no cuando muera mi marido
no cuando muera mi amante
sino cuando muera mi primer amor





Ah! y el enlace para el disfrute visual





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