TEMPUS FUGIT

Igual que nuestros antepasados se reunían y contaban historias, avatares cotidianos, "sucedidos", les llamaban... o aquellas cuestiones que les interesaban, me apetece utilizar este soporte contemporáneo, para hacer más o menos lo mismo. Y es que en el fondo muchas de las ansias de los seres humanos siguen siendo las mismas: amar, comunicar, tener cubiertas sus necesidades básicas... Y en medio de todo eso, el eterno dilema entre Ética y Estética para conseguir seguir adelante... para VIVIR.

miércoles, 10 de febrero de 2016

DEL DOLOR II: MUJERES Y GUERRA

¡ALZAOS, PUES , MUJERES DE HOY! ALZAOS, TODAS AQUELLAS MUJERES QUE TENGÁIS  CORAZÓN, QUE HAYÁIS SIDO BAUTIZADAS CON AGUA O CON LÁGRIMAS
                                                                                                                                     Julia Ward Howe, 1819-1910


          Es sabido que las guerras son una maldición. Pero también, un cochino negocio, una forma inhumana de reequilibrar poblaciones, de reorganizar fronteras, en fin… un recurso primario, o muy sofisticado, con el que los gobernantes, miden sus fuerzas, y tratan de imponer sus hegemonías.
Pero la guerra, es también como esos jardines con forma de laberinto, que nacieron en  la Inglaterra del siglo XVII, cuando el barroco abrumaba los gustos cortesanos y que más tarde se pondrían tan de moda. Y digo esto, porque uno se mete en ellos con una intención, pero puede darse la circunstancia de que nunca encuentre la salida adecuada, o bien, la de que buscando ésta, se deje, por el camino muchas más fuerzas de las que en el inicio hubiese calculado. En principio, quien declara una guerra, lo hace porque piensa ganarla. Craso error. Pero aún en el caso de que esto suceda, las guerras arrastran toda una serie de perversiones, que hoy solemos llamar “daños colaterales”. Dejando al margen lo que puedan suponer en bajas y daños en el terreno militar, que no es poco, estos daños, a los que yo me atrevo a calificar, de auténticas degeneraciones, dada la ferocidad que suelen llegar a alcanzar, no terminan con la propia guerra, sino que en muchos casos, una vez firmada la paz bajo cualquier forma jurídica que ésta adquiera, siguen afectando a la población.
Hoy no voy a tratar de como  afectan a los niños, ni a los ancianos, ni a los enfermos, ni a los prisioneros de guerra. Hoy querría tener un recuerdo para las mujeres, que por algo, desde antiguo han sido apodadas como “el descanso del guerrero” Para hacerlo sin alargarme en demasía tomaré tres ejemplos y ni siquiera no me voy a remontar a los tiempos de los llamados pueblos bárbaros. No, no hace falta traer a colación al famoso Atila. Me quedaré en el cercano siglo XX y más aún, en el que estamos.
En primer lugar quiero recordar a las mujeres que fueron convertidas en esclavas sexuales para el ejército imperial japonés. Desde el siglo XIX, Japón mantenía, una guerra de expansión contra China habiéndose anexionado varias regiones. Ésta siguió a comienzos del siglo XX con gran crueldad. Pues bien, se calcula, que sólo entre 1930 y 1940, los japoneses, pudieron, masacrar nada más y nada menos a unos 30 millones de filipinos, malayos, vietnamitas, camboyanos, indonesios y birmanos, y , en torno a 23 millones de personas de etnia china. En esta coyuntura, fueron arrebatando a las mujeres como esclavas sexuales para las tropas en la línea de combate.
 Según iba avanzando el frente ellos iban organizando una red a la que llamaron “casas de consuelo” o “confort stations”. Allí, fueron encerrando a las “confort women” o mujeres de consuelo. Estas casas de consuelo eran auténticos prostíbulos en los que las mujeres de consuelo que habían sido previamente secuestradas trabajaban en régimen de total esclavitud. Entre sus argumentos estaban los de que había que aumentar la moral de las tropas, la prevención de las enfermedades de trasmisión sexual y la de evitar así las violaciones en masa… De acuerdo con la Fiscalía de Tokio, más de 20.000 mujeres y niñas fueron violadas durante las primeras semanas de la ocupación japonesa de la ciudad china de Nankín. Japonesas chinas y coreanas fueron las que más sufrieron esta situación y parece que alrededor del 75% de ellas murieron durante la guerra. Todo permaneció oculto hasta que en 1991 una mujer coreana de 63 años se atrevió a denunciarlo. Conozco personalmente a dos mujeres, una española y otra japonesa, que trabajaron con ancianas que habían sufrido estas vejaciones, y que dado la pudorosa forma de ser de los asiáticos, no se habían atrevido a verbalizarlo nunca hasta que se descubrió todo. Me contaban de la vergüenza sufrida por si alguien llegaba a conocer su secreto. Temían más eso, que todo el horror que habían pasado y las secuelas que les habían quedado.
"Rapto de las hijas de Leucipo" Rubens
Tampoco salieron bien paradas las mujeres alemanas cuando terminó la II Guerra mundial. De acuerdo, habían sido las mujeres del Tercer Reich, pero ¿tenían que ser ellas las más humilladas?, ¿tenía que ser a ellas a quienes se les arrancase completamente la dignidad, por el mero hecho de ser mujeres alemanas? Se atribuye a Ilya Ehrenburg, Jefe de propaganda del Ejército Rojo, la siguiente arenga: "¡Soldados del Ejército Rojo, arrancad por la violencia el orgullo racial de las mujeres alemanas!... ¡Violad, destruid, matad!". De este modo, tras la toma de Berlín por el Ejército Rojo, la ciudad se convirtió en un auténtico infierno para las mujeres fuese cual fuese su edad, estado y condición. Desde niñas de siete años hasta ancianas y enfermas eran violadas múltiples veces y por hasta diez y quince salvajes consecutivamente. En bastantes ocasiones más de una llegó a morir. Sin llegar a tales excesos, también participaron de las violaciones soldados ingleses y americanos… Los aliados.

Y el último ejemplo todavía es más cercano en el espacio y en el tiempo. En el conflicto de Bosnia, desde 1992 hasta 1995, entre 25.000 y 60.000 mujeres fueron violadas en Bosnia y Herzegovina. A estas alturas las cifras todavía no estás lo suficientemente claras. Lo que sí se puede afirmar rotundamente, es que éste hecho, no sólo  obedeció  sólo a razones de satisfacción de índole sexual. Se trataba de una guerra con un trasfondo étnico y territorial muy fuerte. Por eso, las violaciones obedecían a  un fin superior determinado. Se trataba de imponer la limpieza étnica por parte de serbios y serbobosnios contra la población bosnia, de mayoría musulmana, para ello, era esencial acabar con la mujer bosnia como base de la familia musulmana. Es por ello, por lo que las  violaciones en la guerra de Bosnia, se ejecutaron en campos de concentración femeninos muy bien un organizados y repartidos por todo el territorio, en donde mujeres en edad de procrear, junto a ancianas y niñas eran violadas, y torturadas.
"Piedad de la Guerra" Max Ginsburg http://elhurgador.blogspot.com.es/
Para terminar un recuerdo para todas esas niñas africanas que son secuestradas solas o en grupo, más de 2.000 en tan sólo, un año por el grupo  Boko Haram y son repartidas por varios paises, para servir de esclavas, casarse obligadas o integrarse en el ejército de manera forzosa…

Estudiantes de Nigeria secuestradas por islamistas Foto: AFP http://www.lanacion.com.ar/
Las guerras son heridas que a veces no cicatrizan nunca. Quienes las ordenan y controlan no se ensucian las manos, no huelen la sangre, ni el humo de los incendios, tampoco cavan fosas, pero cae sobre ellos la mayor de las responsabilidades: la de todos y cada uno de los muertos y la de todas y cada una de las víctimas de daños colaterales. 
Frente a esto no cabe justificación. 
La guerra justa no existe. 
Es una maldita paradoja.






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