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Autumn Forest. Ivan Shishkin |
Fue nada más llegar. Tan sólo con
verle los ojos. Como un buen perro de caza, así le presintió la primera
vez… oteando, moviéndose en torno a ella, a la par que jugaba a marcar su
territorio. Por eso permaneció quieta,
observando, como dejándose llevar pero acechando, sin perderse ni un solo
movimiento. Se sabía observada y no sólo por sus ojos. Alguien desde lejos
contemplaba la jugada.
Hasta que comenzó a mover sus alas. ¿Quieres jugar? Pues
juguemos ¿Quién sería el cazador y quién la presa…?
Y pasó un día, otro, y al
siguiente se alargaba el juego de miradas. Y continuó deslizándose en el
tiempo. Mientras tanto, la mujer, sabía que el entorno, se le iba trasmutando de
afable en enojoso.
Pero acaso para entonces, no existían ya ni cazador ni
presa, pues se habían convertido en dos ciegos lanceros, que solo pensaban en
aislarse de ese mundo, en el que se sentían, como Hänsel y Gretel, peligrosamente felices, a la puerta de la casa de la bruja.
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Kisses and Coffee Ron Hicks |
Y en aquella cabaña alpina, se
prolongó la noche, austral amanecida, la llamó ella, aunque aquello no fuese más
que un preludio. Más adelante, los besos robados en el refugio al pie de la
montaña, y el ir tomados de las manos a la par que las iban escondiendo.
Llamadas, papelitos a escondidas como los adolescentes:
-Te quiero mucho, mucho
Sra. X.
-Te extrañaré tanto que la tristeza empezara a
roer mi corazón.
-Ojalá te vuelva a ver Z.
Paraíso Terrenal, 29 de enero
de 2010
Y llegarían también las escapadas, las cataratas, el océano, hasta el fin del mundo…Y por fin piel contra piel. Ávidos, queriéndose
comer los cuerpos y las horas. Se lo jugaron todo, pero juntos los dos, ganaron a la
bruja la partida.
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Niagara,William Robinson Leigh |
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